La Defensa de la Naturaleza: Resistiendo a la Financiarización de la Tierra

 

John Bellamy Foster

En 2016, más de cincuenta multinacionales se unieron para diseñar un marco para la monetización de la ecología mundial, utilizando sistemas inventados de precios en la sombra basados en el sistema de mercado capitalista. El informe destacaba las enormes oportunidades de "apalancamiento" de la deuda que representaban "los mercados emergentes de capital natural, como el comercio de la calidad del agua, los bancos de humedales y de especies amenazadas, y el secuestro de carbono natural". En consecuencia, era imperativo "poner un precio al valor de la naturaleza" o, dicho de otro modo, "un valor monetario a lo que la naturaleza hace por... las empresas". El futuro de la economía capitalista pasa por garantizar que el mercado pague "por los servicios de los ecosistemas que antes eran gratuitos", lo que podría generar un nuevo valor económico para las empresas capaces de convertir los títulos del capital natural en activos financieros.

El agua como clase de activo [natural] se convertiráfinalmente en la clase de activo basado en productosfísicos más importante, eclipsando al petróleo, el cobre,los productos agrícolas y los metales preciosos". En estaperspectiva, las fuentes de agua dulce del mundo, querepresentan uno de los límites planetarios designados por la ciencia natural, serán monopolizadas como capitalnatural por relativamente pocas empresas que podráncobrar rentas de mercado por los servicios del ecosistema.

Los planes de expropiación y acumulación de capital natural por parte de las finanzas mundiales se dirigen hoy principalmente al Sur Global… Los territorios indígenas cubren alrededor del 24% de la superficie terrestre y "contienen el 80% de los ecosistemas sanos que quedan en la Tierra y las áreas prioritarias de biodiversidad mundial", lo que los convierte enobjetivos principales de expropiación y conversión en capital natural comercializable.

El resultado final, sin embargo, es imponer un sistema orientado al crecimiento económico y a la expansión de la deuda sobre los sistemas naturales, que son físicamente limitados, y donde las condiciones cruciales son las de reproducción y sostenibilidad. En realidad, lo que se quiere decir es el apalancamiento del sistema de crédito/deuda en todo el mundo a través de la financiarización de la tierra, con la expropiación de las tierras indígenas como base.

Ante la creciente escasez de recursos y el incesante afán por el capital natural, los indígenas y los pequeños propietarios luchan por defender sus vidas, sus comunidades y sus tierras. En todas estas luchas y en muchas otras, el objetivo es, en última instancia, el desarrollo humano sostenible, necesariamente unido a la resistencia al capitalismo, el racismo, el colonialismo, el imperialismo y la devastación ecológica… Detrás de esto se encuentra el reconocimiento de que un sistema explotador que deposita su fe en "el carácter fetiche del capital" a expensas de toda la existencia humana y de la vida en el planeta sólo puede conducir, si no se le pone freno, a la catástrofe final.

"La revolución ecológica global que está por venir"significa "volver a nuestra humanidad y a nuestros orígenes como buenos parientes" de la tierra. Significa regular racionalmente el metabolismo de la sociedad humana con la naturaleza universal de la que formamos parte indisolublemente.


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