Imperialismo en el Antropoceno
John Bellamy Foster, Hannah Holleman y Brett Clark
El 21 de mayo de 2019, el Grupo de Trabajo sobre el Antropoceno, establecido por la Subcomisión de Estratigrafía del Cuaternario de la Comisión Internacional de Estratigrafía, votó con más del 60 por ciento necesario para reconocer la existencia de la época del Antropoceno en el tiempo geológico, a partir de alrededor de 1950. Definió esta nueva época "cronoestratigráfica" como "el período de la historia de la Tierra durante el cual los humanos tienen una influencia decisiva en el estado, la dinámica y el futuro del Sistema Tierra". El cambio antropogénico, a partir de mediados del siglo XX, fue designado como la fuerza principal en la evolución acelerada de todo el Sistema de la Tierra. El Grupo de Trabajo sobre el Antropoceno precederá entonces a ladesignación de una "espiga dorada" específica, o ubicación estratigráfica, que represente al Antropoceno en el registro geológico, con el fin de que la nueva época sea adoptada oficialmente por la Comisión Internacional de Estratigrafía en los próximos años. Así pues, está surgiendo un fuerte consenso científico internacional con respecto a la designación de la nueva época geológica del Antropoceno, término que a menudo se dice que fue "acuñado" por Paul Crutzen y Eugene Stoermer en 2000, aunque apareció por primera vez en inglés decenios antes en "The Anthropogenic System (Period)" de la Gran Enciclopedia Soviética. El Antropoceno, en la visión científica del mundo, representa una ruptura tanto cuantitativa como cualitativa con todas las épocas geológicas anteriores. Los cambios a una escala que puede considerarse que divide las principales épocas geológicas, que antes se producían a lo largo de millones de años, se están produciendo ahora a lo largo de decenios o, a lo sumo, de siglos, debido a la acción del hombre. A este respecto, el Antropoceno representa una ruptura brusca con la época relativamente estable del Holoceno de los últimos 11.000-12.000 años, cuyo inicio marcó el final de la última edad de hielo. En opinión del Grupo de Trabajo sobre el Antropoceno y de los científicos actuales del Sistema Tierra en general, el advenimiento de la época del Antropoceno es el producto de una gran aceleración del cambio impulsado por la economía a mediados del siglo XX, asociado con lo que a veces los economistas llaman la "edad de oro" del crecimiento capitalista después de la segunda guerra mundial. Esto llevó al cruce de numerosas fronteras planetarias, generando varias "rupturas antropogénicas".
Hoy en día no puede haber dudas sobre la principal fuerza que está detrás de esta emergencia planetaria: el crecimiento exponencial de la economía mundial capitalista, en particular en los decenios transcurridos desde mediados del siglo XX. El capital en sí mismo puede describirse como una relación social de valor económico (mercancía) en expansión. El capitalismo, o el sistema de acumulación de capital basado en la explotación de clase y conforme a las leyes de movimiento impuestas por la competencia del mercado, no reconoce límites a su propia autoexpansión. No hay ninguna cantidad de ganancia, ninguna cantidad de riqueza, y ninguna cantidad de consumo que sea "suficiente" o "demasiado". En este sistema, el medio ambiente planetario no es visto como un lugar con límites inherentes dentro de los cuales los seres humanos deben vivir, junto con las otras especies de la Tierra, sino más bien como un reino que debe ser explotado en un proceso de creciente expansión económica en interés de una ganancia adquisitiva ilimitada, la mayoría de la cual termina en manos de muy pocos. Las empresas, según la lógica interna del capital, deben crecer o morir, al igual que el propio sistema.
El capitalismo promueve así una "locura de la razón económica" que puede ser vista como socavando la sana relación metabólica humana con el medio ambiente.7 Sin embargo, la mera crítica del capitalismo como un sistema económico abstracto es insuficiente para abordar los problemas ambientales de hoy en día. Más bien, es necesario examinar también la estructura de la acumulación a escala mundial, unida a la división del mundo en Estados-nación que compiten entre sí. Nuestros problemas planetarios no pueden abordarse de forma realista sin abordar el sistema mundial imperialista, o el capitalismo globalizado, organizado sobre la base de clases y estados-nación, y dividido en centro y periferia. Hoy en día, esto plantea necesariamente la cuestión del imperialismo en el Antropoceno.
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