El Litio y las Contradicciones en la Transición Energética que Devasta el Sur Global en Pro del Norte Global

Contextos y contradicciones del ion de litio desde Argentina, Chile y Bolivia hasta el Norte Global

Nubia Barrera Silva

La transición energética liderada por la Unión Europea (UE) se condensa en el Pacto Verde Europeo (PVE) desde la estrategia continental de constituirse en líder global del mercado del crecimiento verde. Esto sucede a la par del imperialismo de EUA en disputa por el ascenso de la supremacía China. Desde la esfera geopolítica, se ha intensificado en los países de Argentina, Chile y Bolivia, la extracción del litio, desconociendo la capacidad finita del mineral y del agua utilizada en su extracción desde los reservorios naturales de la cuenca de la denominada región Triángulo del litio” (TL) en América del Sur.

La literatura del consumo de necesidades artificiales es prolija en rendirse a las cualidades químicas, peso ligero y bajo punto de fusión del litio. Tiene múltiples usos y subproductos, y en menos de cinco años la demanda mundial estará por encima de las reservas contenidas en depósitos naturales. El litio es acaparado –principalmente– por la industria del automóvil eléctrico, en el marco de la economía energética mundial o el capitalismo verde. Así mismo, el litio representa el más eficiente reservorio en la generación renovable de electricidad eólica, solar, hidráulica y mareomotriz del mix energético, bajo las directrices de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), el Banco Mundial (BM) y los organismos de desarrollo multilateral.

Sabemos que, las transnacionales tienen un historial contrastado de engaños, retrasos y negaciones, y el interés financiero de seguir contaminando a cualquier coste para las personas o el planeta. Con este fin, el Banco Mundial crea la estrategia del capitalismo verde en el marco de concentración de la riqueza y apertura de mercados de derechos de emisión y otras compensaciones denominadas verdes y limpias con retórica medioambiental y sostenible. De manera análoga, bajo la transición energética subyacen expresiones ambiguas: capitalismo sostenible, agricultura sostenible, uso sostenible de la energía y los recursos, entre otros. Por lo cual, al reproducirse el capital, se intensifica el consumo, aumentan las emisiones y se plantea la transición energética del Norte global. Así que emerge el planteamiento del engaño de la economía verde, componente esencial de la política del Pacto Verde Europeo (PVE). Ulrich Brand revisa las dos trampas del capitalismo verde: En la primera, traslada la responsabilidad a los humanos como principales emisores de carbono. En la segunda, prevalecen los eufemismos encubiertos bajo la etiqueta del mix energético, con la energía fósil en primer lugar, sus falsas promesas y argumentos en la reducción de emisiones. Sólo 100 corporaciones son responsables del 70 por ciento de las emisiones históricas. Este dato incluye la industria fósil –un miembro destacado– la agroindustria, tala, aviación, tecnología y los organismos financieros que los apoyan.

Alrededor de 2050, si los gobernantes y líderes globales de las corporaciones y sus financiadores, no han emprendido acciones concretas hacia la implementación de políticas de decrecimiento económico, no habrá ejercito físico ni digital que detenga la furia de las migraciones hacia los países depredadores del Norte, dedicados al saqueo de la riqueza en más de dos siglos de historia en el Sur Global. Todo cambio de sistema es por demás violento, ya que el capital se sos-tiene en la desposesión de los bienes biofísicos, materiales, los beneficios ilimitados, la guerra y otras formas de violencia. En esta guerra la furia de la naturaleza ya emerge como nueva fuerza con hechos totalmente inéditos. Y acá tenemos la diferencia con enfrentamientos y disputas ya conocidos. Sin embargo, debemos reconocer un hecho inherente al ser humano que sí podría hacer la diferencia: su enorme capacidad de rehacerse así mismo con inusitadas reinvenciones.


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