El Pacto Global de la ONU – Un Vehículo Corporativo de Relaciones Públicas

Si duda cabe sobre en dónde yace el interés de quienes controlan a la ONU, el llamado Pacto Mundial es una clara alegoría de las posturas que aparentan cambiar para que todo siga igual. El Pacto Mundial, propuesto por el Secretario General de la ONU en 2000, consistió originalmente en un conjunto de nueve principios, a los que posteriormente se agregó el principio de luchar contra la corrupción.29 Además de este tema, el Pacto cubre las áreas de DDHH, derechos laborales y medio ambiente. Por su naturaleza moral, los principios se ofrecen para observarse por las empresas de manera exclusivamente voluntaria. En la mayoría de los sectores de la sociedad civil global, se considera al Pacto como un instrumento retórico de relaciones públicas, dada su naturaleza desprovista de balance por ser extremadamente amistosa hacia las empresas.

Es
importante describir el caso del Pacto Mundial porque devela el pensamiento dominante en la ONU y por su influencia en las posturas de la Comisión en su Informe, ya que ésta lo utiliza frecuentemente como referencia y como un positivo ejemplo a seguir al expresar: A escala internacional, muchas empresas participan en el Pacto Mundial de las Naciones Unidas, en virtud del cual esas sociedades deben apoyar y respetar los derechos humanos reconocidos internacionalmente (párrafo 23).1

Escaso interés empresarial. La realidad es que el Pacto tiene escasa participación a pesar de su excesiva consideración de los intereses de los dueños del mercado. Según el portal del propio Pacto Mundial (diciembre de 2007), éste sólo tiene registradas a 4.326 empresas entre 70.000 empresas globales y casi 700.000 subsidiarias de acuerdo a la ONU.2 Además, actualmente tiene a 782 empresas desactivadas por no haber reportado nunca, o al menos en los últimos dos años, sobre su cumplimiento de los 10 principios del Pacto.

También tiene a 441 empresas que tampoco lo han hecho después de la fecha límite.3 Todo a pesar de que, como el mismo Informe de la Comisión expresa, los principios del Pacto se apoyan en la responsabilidad pública, la transparencia y el interés bien entendido (párrafo 16) y de que el Pacto no precisa qué derechos humanos deben respetar las empresas (párrafo 17). Interés empresarial que queda totalmente desacreditado cuando revistas tan emblemáticas de la visión empresarial, como The Economist, reportaron que muchas de las empresas estadounidenses decidieron respaldar al Pacto sólo después de que tres años de esfuerzos, entre Naciones Unidas y la Asociación de la Barra Estadounidense, produjeron una carta llena de blindajes legales, la cual protege a las empresas de ser demandas por no haber cumplido con los principios del Pacto. Según la revista, así es como empresas como Gap, Starbucks y Newmont Mining, se apresuraron a adherirse.4 Coincidentemente, es de llamar la atención que a la fecha –tres años después del artículo de la revista– el Pacto sólo tenga a 95 empresas estadounidenses activas, 17 que no han reportado a tiempo y 32 desactivadas por no reportar. Siendo la mayor economía del Mundo, es sorprendente que menos del tres por ciento de las empresas activas en el Pacto Mundial sean estadounidenses.

El mercado es Rey. Es en verdad sorprendente la
bajísima popularidad del Pacto entre las empresas considerando su extrema afinidad con la visión empresarial, que se refleja en el dominio del Consejo por miembros de este sector. No es de sorprender por ello, que El Sr. Klaus Leisinger, quien fue Asesor Especial para el Pacto Mundial –del entonces Secretario General, Kofi Annan– y quien también funge como Director de la Fundación Novartis –de la transnacional farmacéutica Novartis– y es profesor de la Universidad de Basilea, refleje con claridad cristalina el trasfondo del pensamiento empresarial que proyecta el Pacto. En su valoración de la Responsabilidad Social para los DDHH,5 Leisinger es consistente en todas sus apreciaciones. Para él el contexto es, sin ambages, el mercado.

De esta forma, las empresas son quienes deben de determinar sus propios valores y no la sociedad. Así, las empresas son quienes determinan y diseñan independientemente lo que él denomina “gestión de valores”. Pregunta: ¿en dónde “fijamos” los límites de nuestra responsabilidad .... cómo definimos “nuestra” esfera de influencia? ¿cómo debería una compañía, compitiendo con integridad, definir “complicidad”?6 De la misma forma, en lo que respecta al “proceso de toma de decisiones” con respecto a los compromisos de la empresas con los DDHH, Leisinger expresa que parte de esta tarea es identificar a las partes interesadas esenciales para la empresa y abordar sus inquietudes.7 Es decir, es la empresa quien decide quiénes son sus partes interesadas y no la sociedad. Esta visión además lleva implícito que todo debe de ser voluntario, ya que si la empresa es quien define sus valores y a las partes afectadas por su actividad entonces no hay cabida para que un marco legal universal, producto de un amplio y democrático consenso social, sea quien lo defina.

 



Guía del Pacto Global

Una reseña práctica de la visión y los diez principios.

El propósito de esta Guía es explicar la iniciativa del Pacto Global y los diez principios que la sustentan de tal forma que sea útil en el contexto de la enseñanza y su práctica.

El Pacto Mundial se propone aprovechar la fuerza de la acción colectiva para fomentar la responsabilidad cívica de las empresas de modo que éstas puedan contribuir a la solución de los retos que plantea la globalización. De esta forma, el sector privado —en colaboración con otras entidades de la sociedad— puede ayudar a hacer realidad la visión del Secretario General: una economía mundial más sostenible e inclusiva.

El Pacto es iniciativa voluntaria que promueve una ciudadanía corporativa global responsable. Opera bajo un modelo de liderazgo en función de que busca traer a bordo una masa crítica de líderes empresariales para construir un movimiento sostenible.

 

Pulsa aquí para Bajar el pdf de los 10 principios.


1. HUMAN RIGHTS COMMISSION. REPORT OF THE SUB-COMMISSION ON THE PROMOTION AND PROTECTION OF HUMAN RIGHTS. Report of the United Nations High Commissioner on Human Rights on the responsibilities of transnational corporations and related business enterprises with regard to human rights E/CN.4/2005/91. 15 February 2005.
2. United Nations Conference on Trade and Development. World Investment Report 2005. New York y Geneva, 2005
3. Ver: http://www.unglobalcompact.org/ParticipantsAndStakeholders/index.html
4. The Economist. Bluewashed and boilerplated. June 17th 2004
5. Klaus M. Leisinger. On Corporate Responsibility for Human Rights. Basel, Switzerland, April 2006
6. ibid, páginas 6, 9 y 13.
7. ibid, página 8.
 

 

 

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