COREA DEL SUR Y SU TORTUOSO SENDERO HACIA EL SALARIO DIGNO
Álvaro de Regil Castilla
Corea del Sur siguió un camino tortuoso pero muy bien definido y logró crecer sostenidamente, reduciendo la desigualdad drásticamente. ¿Qué hizo diferente de otros países? Evitó seguir al ahora desacreditado Consenso de Washington, creciendo con buen grado de equidad. Empero, la implacable necesidad de extremo consumismo del sistema de mercado genera ahora tal desigualdad, que exige a Corea y a todo el mundo la urgente obligación de su reemplazo por ser absolutamente insostenible
Este trabajo se divide en tres partes. La primera examina el sendero de desarrollo de Corea desde el fin de la guerra, con relativo énfasis en las vicisitudes de su fuerza laboral para lograr una participación digna del ingreso generado. La segunda aborda la cuestión de lo que hizo Corea a diferencia de otros países en desarrollo, especialmente en Iberoamérica y con especial énfasis en México, dadas las dramáticas diferencias en política económica y considerando que México iba muy por delante de Corea hace medio siglo. La parte final valora en especial la tendencia seguida por las compensaciones laborales en el sector manufacturero para trabajadores de producción de 1975 a 2009 y para todos los empleados en el sector de 1996 a 2012, en el contexto de nuestra La Iniciativa Salarios Dignos Norte y Sur (LISDINYS). Ya que en este contexto Corea ha reducido drásticamente su brecha de salario digno con EUA, este trabajo también proyecta el tiempo requerido para que Corea logre la plena homologación del salario digno, si los salarios reales aumentan a un rango anual de 4% bajo supuestos concretos.
Huelga decir que LISDINYS está concebido en el contexto del actual paradigma de mercado, inherentemente insostenible. Es una idea desarrollada para exhibir la explotación laboral y para promover una metodología concreta para abordar este asunto de forma práctica. Es un concepto válido sólo si la mayoría de los gobiernos continúan actuando como agentes del mercado a nombre de los inversionistas institucionales internacionales en lugar de como servidores públicos en pos del bienestar de sus pueblos. En consecuencia, el futuro del bienestar de Corea y de todos los países requiere, nos guste o no, de un cambio radical de paradigma. En el nuevo paradigma, los indicadores clásicos como el crecimiento del PIB carecen de sentido y son reemplazados por indicadores de desarrollo humano con una economía estacionaria con una buena calidad de vida pero sin el consumismo actual. Es el paradigma para el bienestar de la gente y el planeta y NO el mercado. Es un paradigma que sólo es posible si reemplazamos a la actual parodia de democracia representativa, un eufemismo de la mercadocracia, con un entorno de real democracia para el sostenimiento a largo plazo de la gente y el planeta y NO el mercado.
Valoración preparada en octubre de 2013. Pulsa aquí o en la foto para bajar el documento completo en archivo pdf. |