Julie de los Reyes y Jewellord Nem Singh Con el aumento de las tensiones entre Estados Unidos y China, el Indo-Pacífico vuelve a estar en el punto de mira geopolítico. El 11 de abril de 2024 se celebró la primera cumbre trilateral entre Estados Unidos, Filipinas y Japón, supuestamente en respuesta a la creciente presencia militar china en la región. Para muchos países del Sur Global, la incapacidad de Estados Unidos, Japón y los países aliados para igualar los logros de China subraya el fracaso flagrante del orden internacional liberal a la hora de abordar los acuciantes problemas sociales y medioambientales. Los países de África, Iberoamérica y Asia están adoptando cada vez más una relación más pragmática con el Estado y el capital chinos para satisfacer sus necesidades energéticas y cumplir sus compromisos climáticos. Los gobiernos africanos han acogido con satisfacción la ayuda y los préstamos chinos, dadas sus laxas condicionalidades políticas en comparación con los prestamistas financieros internacionales tradicionales. Aunque, naturalmente, estas asociaciones no están exentas de problemas, China ha proporcionado una vía alternativa para perseguir el desarrollo y el crecimiento. No obstante, en un mundo con restricciones de carbono, China se ve en apuros para ofrecer una alternativa creíble. Aunque su modelo de desarrollo dirigido por el Estado ha proporcionado avances tecnológicos vertiginosos, su enfoque también se ha visto empañado por su buena dosis de problemas éticos y medioambientales. Internamente, este éxito también ha tenido un coste, que se ha manifestado en una grave degradación medioambiental y desigualdad social. A pesar de sus nuevas ofertas más ecológicas, China tendrá que demostrar su liderazgo para poner fin a la acumulación de combustibles fósiles que ha permitido parcialmente. Las soluciones requerirán un enfoque colectivo que se tome en serio, sobre todo, la urgencia de la crisis climática. En términos prácticos, esto requerirá encontrar formas de construir una relación constructiva entre Estados Unidos y China. Para Estados Unidos y sus aliados, esto puede significar aceptar a China como un socio inevitable para facilitar la adopción mundial de tecnologías con bajas emisiones de carbono y, en términos más generales, para resolver la crisis climática, a pesar del desafío que supone para la hegemonía de EUA. No se trata, por supuesto, de una tarea fácil. Pero como dice la Estrategia Indo-Pacífica de la EUA: «ningún país [debería] frenar el progreso en cuestiones transnacionales existenciales debido a diferencias bilaterales».
Pulsa aquí o en la foto para bajar el ensayo completo en archivo pdf.
|
Home | ![]() | Inicio | ![]() | Recursos | ![]() | Info. econ | ![]() | Net-Zero y el Desafío de China: La Descarbonización en medio de la Competencia de Grandes Potencias en el Indo-Pacífico |